Historia

Recuerdos de antaño que hacen florecer las más intensas emociones de un pasado colonial
sellado en los muros de esta majestuosa casona

La Quinta Montes Molina
La Quinta Montes Molina

De arquitectura ecléctica con tendencia neoclásica, La Quinta Montes Molina es una construcción representativa de la época del Porfiriato y del gran auge henequenero en Yucatán. Como siempre ha sido una casa viva, conserva muebles de las diferentes épocas por las que ha pasado, y en ella podemos encontrar muchos detalles que nos ayudan a entender mejor las costumbres de las casas de las familias de abolengo de la Mérida de principios del siglo XX.
El final del siglo XIX y principios del XX, fue un tiempo de esplendor y prosperidad económica en Yucatán por la importancia del henequén, el llamado “oro verde de Yucatán”, en el mundo. Muchos hacendados y comerciantes yucatecos amasaron verdaderas fortunas y construyeron, en Mérida, palacios y hermosas mansiones en los estilos que estaban de moda en Europa. Esto se podía ver especialmente en la, entonces nueva, avenida de Paseo de Montejo. Uno de estos hombres ricos y prósperos fue don Aurelio Portuondo y Barceló. Originario de La Habana, Cuba. Había conocido Mérida en esa época de esplendor, y en ella a doña Josefa de Regil Casares, perteneciente a una distinguida familia de la ciudad, y se enamoró de las dos.

Así que se casó con doña Josefa y se quedó a vivir en Mérida. Con amigos y allegados organiza una compañía para terminar las obras del hermoso Teatro Peón Contreras, y aprovecha a los mismos ingenieros para diseñar y construir su casa, la Quinta, en los primeros años de 1900, en el terreno que su suegro les había dado como regalo de boda. La llaman “Villa Beatriz” en recuerdo de su hija primogénita, muerta a los pocos años de nacida. A los pocos años de terminada la construcción de La Quinta, debido a la difícil situación política que se vivía en México por la Revolución, don Aurelio, decide emigrar a Cuba con toda su familia.

La casona fue entonces comprada por el señor Avelino Montes Linaje, otro dinámico y prominente hombre de negocios. Don Avelino era originario de Santander, España. Al cumplir los 13 años, se negó a seguir estudiando, por lo que fue enviado por sus padres a México, a través de un conocido comerciante, que lo acomodó como empleado de una buena familia en la ciudad de Mérida.

Empezando como recadero en una tienda, Avelino tuvo buen ojo para los negocios, y supo meterse como intermediario en el floreciente negocio del henequén. Mientras trabajaba con don Olegario Molina Solís, (Gobernador de Yucatán en el período de 1902 a 1906), se casó con su hija, María Molina Figueroa, y con ella tuvo 7 hijos Olegario, Alberto, Obdulia, Fernando, Josefina, Carmen y Avelino. A la muerte de Don Avelino (1956) hereda la casa su hija Josefina quien siempre procuró mantenerla como si su padre aún siguiera viviendo en ella.